El envejecimiento del oído: una mirada clínica a la presbiacusia
- Soluciones Auditivas De Occidente

- 8 oct
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Actualizado: 9 oct
La presbiacusia, o pérdida auditiva relacionada con la edad, es una de las condiciones sensoriales más frecuentes en adultos mayores. A menudo se desarrolla de forma tan lenta que las personas no perciben que están perdiendo audición hasta que la dificultad al comunicarse comienza a afectar su calidad de vida. Comprender este fenómeno —sus causas, manifestaciones, implicaciones y manejo— es clave para ofrecer soluciones oportunas y mantener la conexión con el entorno sonoro.
Definición y prevalencia
La presbiacusia se define como una disminución progresiva de la audición atribuible a los efectos del envejecimiento en las estructuras del oído interno y vías auditivas (NIDCD, s.f.). Se caracteriza por afectar principalmente las frecuencias agudas, avanzar gradualmente y presentarse de forma bilateral y simétrica.
En cuanto a su prevalencia:
En México, en datos oficiales se estima que hay alrededor de 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva, y más de la mitad de ellas son mayores de 60 años.
En España, un estudio en población otológicamente normal determinó que la presbiacusia es prácticamente universal en personas de 80 años o más.
En población de más de 65 años, se estima que aproximadamente el 40 % presenta algún grado de presbiacusia. En mayores de 80 años, la tasa puede alcanzar hasta el 80 %.
En un estudio mexicano, se reportó que entre la población de edad avanzada, aproximadamente 25 a 30 % presenta hipoacusia (incluyendo presbiacusia entre otras causas) que afecta el estado funcional y cognitivo.
Estos datos demuestran que la presbiacusia no es una condición rara, sino una realidad con la que muchos adultos mayores conviven.
Fisiopatología y mecanismos involucrados
El fenómeno de la presbiacusia es multifactorial: involucra cambios degenerativos en el oído interno, daño neuronal y alteraciones vasculares y metabólicas.
Degeneración coclear y neuronal
Uno de los mecanismos es la pérdida progresiva de neuronas en el ganglio espiral del nervio auditivo (neuronal tipo II), así como la degeneración de fibras nerviosas y células sensoriales en la cóclea. Estas pérdidas comienzan en la región basal, que corresponde a frecuencias agudas, y luego pueden extenderse hacia zonas más medias de la cóclea (frecuencias del habla).
Además, hay evidencia de que el envejecimiento también conlleva degeneración en las vías auditivas centrales, lo que impacta la interpretación y procesamiento de la información sonora.
Factores vasculares, metabólicos y ambientales
El proceso de envejecimiento no ocurre de forma aislada. Factores como enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes, tabaquismo y exposición crónica al ruido aceleran la degeneración auditiva y pueden agravar la presbiacusia.
También el estrés oxidativo, la menor capacidad de reparación celular y la disminución del aporte sanguíneo en el oído interno contribuyen a este proceso degenerativo.
Manifestaciones clínicas: señales tempranas y consecuencias
Al inicio, la presbiacusia suele pasar desapercibida porque la pérdida es leve y el oído se adapta poco a poco. Pero ciertos signos pueden alertar:
Dificultad para entender conversaciones, especialmente en ambientes ruidosos.
Necesidad de subir el volumen del televisor o radio.
Pedir a otros que repitan lo que dijeron o confundir palabras similares.
Sensación de que las voces suenan apagadas.
Aislamiento social o evitar reuniones por dificultad para seguir diálogos.
En un estudio hecho en México con adultos mayores, se encontró que de 113 pacientes, 85 (75.2 %) fueron diagnosticados con presbiacusia comprometiendo el nivel de escucha en una conversación "normal".
A largo plazo, estas manifestaciones pueden repercutir en:
Fatiga mental por el esfuerzo auditivo constante
Aislamiento social, disminución de interacciones
Riesgo de deterioro cognitivo y demencia
Menor calidad de vida y bienestar emocional
Detección temprana y diagnóstico
El diagnóstico oportuno de la presbiacusia es crucial para intervenir antes de que el deterioro se agrave. Algunas estrategias incluyen:
Tamizaje auditivo en atención primaria: Estudios en España han propuesto protocolos de cribado en personas mayores de 60 años en consultas de atención primaria, para detectar pérdidas no evidentes. www.elsevier.com
Audiometría tonal y pruebas de habla: medir los umbrales en frecuencias clave (0.5, 1, 2, 4 kHz) y evaluar reconocimiento del habla en ruido.
Evaluación del procesamiento auditivo central, especialmente en casos donde la audición periférica no explica la dificultad del paciente (cuando la persona tiene audición ligera pero dificultad en ambientes ruidosos).
Historial clínico y factores de riesgo: revisar antecedentes de exposición al ruido, enfermedades vasculares, uso de fármacos ototóxicos.
Ya que la pérdida es progresiva, someterse a pruebas auditivas regulares (cada 2–3 años después de los 55 años) es una buena práctica preventiva.
Manejo y rehabilitación auditiva
Aunque no existe un tratamiento que revierta la presbiacusia (dado que el daño estructural ya está presente), sí hay estrategias efectivas para mitigar sus efectos:
Auxiliares auditivos personalizados: dispositivos digitales bien adaptados, con ajuste frecuencial específico, supresión de ruido y conectividad.
Rehabilitación auditiva: entrenamiento auditivo, ejercicios para mejorar la discriminación del habla, y estrategias de comunicación.
Consejería y educación familiar: enseñar al entorno del paciente cómo facilitar la comunicación (hablar frente, evitar ruidos de fondo).
Mantenimiento constante: limpieza, ajustes periódicos y comprobación del rendimiento del dispositivo.
Modificar factores de riesgo: controlar hipertensión, diabetes, evitar exposición a ruidos intensos, no fumar.
Importancia para el paciente y para un centro auditivo
Para el paciente:
Una intervención temprana puede preservar comunicación, participación social y calidad de vida.
Evita el desgaste cognitivo por el exceso de esfuerzo auditivo.
Para profesionales de la salud:
Ofrecer educación clara sobre presbiacusia puede diferenciar tu propuesta de valor.
Realizar campañas preventivas específicas para adultos de 55–65 años puede captar pacientes antes de que la pérdida sea severa.
Garantizar seguimiento constante y recalibraciones periódicas fortalece la fidelidad del paciente.
La presbiacusia es una condición esperada del envejecimiento que afecta progresivamente la capacidad de oír, mayormente en frecuencias altas (agudas), y tiene consecuencias profundas si no se aborda a tiempo. Aunque no hay cura reversible, los dispositivos auditivos modernos, la rehabilitación acústica y el acompañamiento profesional pueden transformar la experiencia y calidad de vida de quienes la padecen. Acudir con un profesional de la salud es indispensable para recibir orientación sobre las opciones disponibles para cada paciente.
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Fuentes:
NIDCD. (s. f.). Pérdida de audición relacionada con la edad (presbiacusia). Recuperado de https://www.nidcd.nih.gov/es/espanol/perdida-de-audicion-relacionada-con-la-edad nidcd.nih.gov
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Elsevier / Acta Otorrinolaringológica Española. (2020). Prevalence of presbycusis in an otologically normal population. www.elsevier.com
SCIELO México. (2018). Estado funcional y cognitivo de los adultos mayores con hipoacusia. Revista Mexicana de Fisioterapia, etc. SciELO México
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